domingo, 13 de octubre de 2013

Nanorrelatos

Comienzo con algunos de mis nanorrelatos. 

Preámbulo


En una época de crisis económica, calentamiento global y pandemias, tratamos como fieras de estar a la altura de los tiempos y hacer del mundo algo mejor. La agilidad es esencial; la síntesis, imprescindible. En uno de mis nanorrelatos llamé a esta era la “era nánica”, en contraste con la “era atómica”, ya superada. Ahora todo es nano. Si la literatura quiere perdurar, debe nanizarse.

¿Cuáles son las ventajas de la nanoliteratura?  Paso a mencionarlas, pues, como todo lo nano, las menciones deben explicarse por sí mismas:

-           Exige imaginación y la despierta.
-           Demanda creatividad y criticismo.
-           Requiere de un pensamiento sintético, posterior al análisis.
-           Está en consonancia con la teoría del caos (final abierto).

Podría mencionar muchas más, pero otra de las excelencias de la nanoliteratura es permitir que el lector también construya: que el texto sea colectivo.

¿Habrá en el futuro nanoensayos? ¿Nanonovelas? Reto a los escritores a definir estos nuevos géneros.

Aquí van algunos:

¿Amor? 
La sombra me besó: beso sombrío. ¿Era amor? 

Año viejo 
Lo despidieron. Huyó hacia el libro de Historia.  

Apariencia 
No era lo que parecía, y me ganó.  

Bifocales 
A un año de la fractura, volví a usarlos. 

Imposibilidad 
La vida no me da posibilidades de vivir. 


Límite 
Llegué al límite del mundo. Saqué mi mano.  

Mi jefe 
De tanto dictar, volvióse un gran dictador.  

Nieta 
Nació en la era nánica; creció con mis nanorrelatos.  

Perjurio 
— ¿Jura Ud. decir verdad?
— Sí, mintió el testigo.  

Refrán 
El ojo del caballo adelgaza al amo. 

Vincent 
Cuando su oreja lo encontró, ya no la necesitaba. 
  
Virgen 
Obré el milagro y regresé silenciosa a la estampita. 

Al abuelo 
—Quiero un cuento corto que me deje pensando.  

Método 
Dudando, Hamlet y Descartes se encontraron a sí mismos.


Ignorancia
 Nunca supo la verdad; murió feliz. 

Inventor 
Con su cara chamuscada, juró haber inventado la pólvora. 

Fantasma 
Vivía en mi mente: su refugio más seguro. 

Dime, espejito mágico 
Me dijo la verdad, y lo rompí. 

Catatonia 
Despertó y preguntó:
   ¿No hay café p’al muerto?


Sabelotodo 
De tanto saber, sabía a caca.


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