Como narrado por mi madre, este cuento relata la historia de un sueño premonitorio, como los que describe K. Jung en "Los sueños y el inconsciente".
La veía con claridad meridiana: mi
sobrina Enriqueta me miraba desde el campanario de la iglesia de Remedios y
movía con prisa su brazo derecho sosteniendo un papel en la mano, como
saludándome, como advirtiéndome.
Otra escena, y mi mamá, desde el
zaguán de nuestra antigua casa remediana, se disponía a salir despedida hacia
la calle, mientras gritaba:
— ¡Salgan pronto!
Me desperté asustada.
A las siete, abrí el periódico y leí
el inusitado titular de primera plana: ¡Tembló
la tierra en Remedios! Casi al instante llegaba un telegrama de Enriqueta:
"Todos bien, Queta."
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